La alta burguesía española sólo apoyo al liberalismo en un primer momento, después se convirtió en moderada.
Beltrán, M. 2010. "Burguesía y liberalismo en la España del siglo XIX: Sociología de una dominación de clase." Universidad de Granada. Granada.
Según la Real Academia Español liberalismo en su segunda acepción es una Doctrina política que defiende las libertades y la
iniciativa individual, y limita la intervención del Estado y de los
poderes públicos en la vida social, económica y cultural.
En nuestro país la palabra liberal o incluso neoliberal se utiliza con frecuencia en las tertulias políticas. Sin embargo, dificilmente veremos a los partidos políticos mayoritarios desmarcarse de instituciones como monarquía, iglesia e incluso de la intervención del propio Estado. Unos rechazarán algunas de estas instituciones y otros rechazarán las otras, pero ninguno las rechazará todas.
En la obra de Beltrán, veremos como este posicionamiento un tanto carente de definición no es algo nuevo en nuestra sociedad.
El libro nos ayudará a entender la filosofía liberal:
Y explicará con una gran claridad las evoluciones políticas españolas a lo largo del siglo XIX, haciendo hincapié principalmente en una idea central:“La idea clave del liberalismo individualista es que, siendo el particular mejor empresario que el Estado, la rentabilidad de los capitales por él invertidos es más alta. Las obras públicas se justifican en cuanto son complemento necesario para dicha actividad, no como factor desencadenante de la misma.” (Jesús Martín Niño. "La hacienda española y la revolución de 1868. Instituto de Estudios Fiscales. Madrid. 1972. Págs 68-69. En Beltrán, M. 2010:172).
“La fórmula de liberalismo conservador que denominamos moderantismo está, pues, formulada desde unos específicos intereses de clase, los de la gran o alta burguesía, para establecer su hegemonía: hegemonía que implica el «rapto del Estado», de suerte que el régimen político liberal es un régimen de clase, que se institucionaliza como condición para el modo de producción capitalista.” (Pág. 272).
Es decir, que el liberalismo, generalmente impulsado por la burguesía, en España sólo fue un instrumento para que una pequeñar parte de dicha clase social ascendiese de nivel. Originalmente toda la burguesía apoyó el liberalismo, pero en cuanto la alta burguesía consiguió mejorar sus condiciones abandonó la lucha para posicionarse en un lugar mucho más moderado. De esta forma la baja burguesía poco pudo hacer para impulsar el cambio y España tardó más de la cuenta en dar el salto que supondría salir del Antiguo Régimen.
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