En este caso, la novela todavía se centra en Merlín, pues Arturo es un niño pequeño. En ella veremos como Camelot continúa desarrollando su importancia política sobre el resto de las tierras británicas. También veremos a Merín viajando al país de los daneses. En otras palabras, una novela a modo de crónica que mezcla la aventura con alguna batalla. Si bien, el componente bélico de esta novela es menor que el de algunas de sus predecesoras.
Además de Merlín, los protagonistas más importantes son las figuras en las que se apoyó para dirigir políticamente Camelot. Un hermano casi idéntico a él con el que comienza a forjar su leyenda de hechicero, un guerrero danés y su mujer y una serie de niños entre los que ya reconocemos algunos nombres como Arturo y Gawain.
Estas novelas no tienen mágica. La visión de Whyte es en cierto modo realista, con las licencias lógicas de una novela, pero sin trucos imposibles que solemos ver en la persona de Merlín. Aquí, el mago, no es mago, simplemente una persona inteligente que utiliza su ingenio cuando es necesario.
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Por cierto, si quieres ver la reseña sobre la primera novela de esta saga, aquí la tienes: Se titula La Piedra y la Espada.
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